«Para permanecer con Él, dirijámonos a su Madre, María»

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«Un minuto con María»
«Para permanecer con Él, dirijámonos a su Madre, María» Como nos enseñan los Padres de la Iglesia, las tentaciones forman parte del “descenso” de Jesús a nuestra condición humana, al abismo del pecado y sus consecuencias. Un “descenso” que Jesús recorrió hasta el final, en la muerte en cruz y en el descenso a los infiernos, esto es, el supremo alejamiento de Dios.De este modo, Él es la mano que Dios extendió al hombre, a la oveja descarriada para salvarla. Como enseña san Agustín, Jesús tomó nuestras tentaciones para darnos su victoria. Por tanto, no tengamos miedo de que también nosotros enfrentemos la lucha contra el espíritu del mal: lo importante es que lo hagamos con Él, con Cristo, el vencedor.Y para permanecer con Él, dirijámonos a su Madre, María. Invoquémosla con confianza filial en los momentos de prueba y Ella nos hará sentir la presencia poderosa de su divino Hijo, para rechazar las tentaciones con la palabra de Cristo y así volver a poner a Dios en el centro de nuestra vida.
Papa Benedicto XVI, extracto del Ángelus del 17 de febrero de 2013.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.



Consagración al Inmaculado Corazón de María
(Dado por Nuestra Señora a Jelena Vasilj, 28/11/1983)


Oh Inmaculado Corazón de María,
rebosante de bondad,
Muéstranos tu amor por nosotros.


Que la llama de tu corazón, oh María,
desciende sobre todos los pueblos.

Te amamos inmensamente.
Imprime en nuestros corazones un amor verdadero.
Que nuestros corazones te anhelen.


Oh María, dulce y humilde de corazón,
Acuérdate de nosotros cuando pecamos.
Tú sabes que toda la humanidad es pecadora.
Por tu sacratísimo y materno corazón,
Cúranos de toda enfermedad espiritual.


Haznos capaces de mirar la belleza de tu corazón maternal,
Y que, así, podamos convertirnos
a la llama de tu corazón. 
Amén





Totus Tuus (Totalmente tuyo)
por Madre Inmaculada


Inmaculada Concepción,
María mi Madre,
vive en mi,
Actúa en mí,
Habla en mí y a través de mí,


Piensa tus pensamientos en mi mente,
Amor a través de mi corazón,
Dame tus disposiciones y sentimientos,


Enséñame, llévame y guíame a Jesús,
Corrija, ilumine y amplíe mis pensamientos y comportamiento,
Posee mi alma,


Toma el control de toda mi personalidad y vida,
reemplázalo contigo mismo,
Inclíname a la adoración constante,
Orad en mí y por mí,
déjame vivir en ti
y mantenme en esta unión siempre.


¡En Jesús, María y José!