¡Que Dios te conceda paz!

Ya queda poco tiempo para despedir el año que termina, y este momento es propicio para desearte lo mejor: ¡Que Dios bendiga tu vida, tu hogar y a toda tu familia!

Al finalizar este año, que nuestro corazón se llene de la mayor gratitud posible por cada momento vivido, por cada encuentro, por las lecciones aprendidas y por todas esas intervenciones amorosas de nuestro querido Padre celestial, que actuó de formas misteriosas para guiar nuestra vida y nuestros pasos. A Él le agradecemos por todas las bendiciones recibidas, por las alegrías compartidas, por ser nuestro refugio en los momentos de dificultad.

Dejamos atrás el año viejo, y ahora miramos al próximo, sabiendo que cada nuevo año trae consigo nuevos desafíos y retos que, si los ponemos en las manos de Dios, estos podrían ayudarnos a ser mejores para Dios. ¡Es nuestro deseo para ti!

Al mirar hacia atrás, debemos reconocer la mano amorosa de Dios que ha sostenido nuestra vida y la de nuestra familia. A la Luz de su palabra confiamos en que cada desafío fue una oportunidad para crecer en la fe, y cada bendición fue un recordatorio de Su generosidad infinita.

Que en este Nuevo Año que Dios nos permitirá vivir, podamos dejar a un lado la duda y la incredulidad. Que podamos comenzar a creer verdaderamente en Dios y que toda ayuda nos provendrá de Él. ¡Dios es y será siempre nuestro auxilio! Él pondrá en nuestro corazón la fuerza y el deseo de salir de toda situación que pensemos que no tiene solución.

Rogamos para que tu vida, tu hogar y tu amada familia, esté siempre bajo el cuidado amoroso de nuestro querido Dios. Que Él sea tu roca inquebrantable en medio de las tormentas, que sea tu luz en la oscuridad y que sea el que siempre te sostenga con Su mano amorosa en el momento de mayor necesidad.

Continúa manteniendo viva tu fe, teniendo el corazón abierto a cada enseñanza recibida en la Palabra de Dios, porque con la fe lograrás afianza la confianza, y en la confianza en Dios, encontrarás la sabiduría para tomar siempre decisiones correctas, según en plan de Dios.

Gracias, por acompañarnos a diario, por compartir con nosotros, por acoger el mensaje de fe y esperanza para tu vida y hacerla parte de ti. Gracias por formar parte de esta Comunidad Parroquial que lo único que busca es el bienestar de las almas y que, por medio del Espíritu Santo, la Palabra de Dios sea más conocida.


¡Feliz Año Nuevo!