Judas podría haber sido salvado si se hubiese arrepentido.

Judas podría haber sido salvado si se hubiese arrepentido.

En el volumen 9 de El Evangelio tal como me fue revelado*, el Viernes Santo, después del arresto y condenación de Jesús, Judas, angustiado y horrorizado por lo que había hecho, regresa donde el Sumo Sacerdote:

“Arroja la bolsa en la cara de Caifás y se va dando un grito mientras las monedas resuenan, esparciéndose por el suelo después de haber golpeado a Caifás, que sangra de la boca.

Él sale. Está frente a María, de pie en la puerta de la habitación donde Jesús la dejó. Ella, al oír un ruido, aparece, tal vez esperando ver a Juan, que llevaba tantas horas ausente. Está pálida como si hubiera perdido sangre. Tiene unos ojos que el dolor hace aún más parecidos a los de su Hijo. Judas se encuentra con esa mirada que lo mira con el mismo conocimiento afligido y consciente con que Jesús lo miró en el camino y con un «¡oh!” asustado, se apoya contra la pared.

—Judas —dijo María— Judas, ¿qué has venido a hacer?

 Las mismas palabras de Jesús, dichas con doloroso amor. Judas recuerda esto y lanza un grito.

—Judas —repite María—, ¿qué has hecho? ¿Respondiste a tanto amor con la traición?

La voz de María es una caricia temblorosa. Judas escapa. María lo llama con una voz que debería haber convertido a un demonio.

—¡Judas! ¡Judas! ¡Detente! ¡Escucha! Te lo digo en su nombre: arrepiéntete, Judas. Él perdona..

Judas huyó. 

La voz de María, su apariencia, fue el golpe de gracia o, más bien, de desgracia porque Judas se resistió. Y se marchó a toda prisa»

Extracto de El Evangelio tal como me fue revelado, tomo 9 (edición antigua: tomo 9, cap. 24; nueva edición: tomo 10, cap. 605).

www.maria-valtorta.org

* María Valtorta (1897 – 1961) es una vidente y mística italiana, miembro de la Tercera Orden Católica de los Siervos de María y autora de escritos espirituales que incluyen principalmente los 10 volúmenes de El Evangelio tal como me fue revelado.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.