Festividad de Santa Teresa de Jesús. 15 octubre de 2022.

Santa Teresa de Jesús nace el 28 de marzo de 1515 en Gotarrendura(1) o Ávila, y fallece en –Alba de Tormes, la noche del 4 de octubre de 1582, siendo enterrada al día siguiente que era 15 de octubre, sí era 15 de octubre.

La explicación causal es muy sencilla esa fue la noche de transición en España del calendario juliano al gregoriano que supuso eliminar esos días del 5 al 14 de octubre.

Fue una monja, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos—rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo—, mística y escritora española. También es conocida como santa Teresa de Ávila.

Su nombre secular fue Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada. Fue beatificada en 1614 (a poco más de treinta años de su muerte), canonizada en 1622 y proclamada doctora de la Iglesia católica en 1970 durante el pontificado de Pablo VI.

Junto con San Juan de la Cruz, se la considera la cumbre de la mística experimental cristiana y una de las grandes maestras de la vida espiritual de la Iglesia.

Enseñanzas

«Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,

La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
Nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
Nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
Todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
Sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
Todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
Quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id, dichas vanas,
aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.»

Santa Teresa de Ávila.

En Las moradas del castillo interior, santa Teresa describe el alma como un castillo de diamante o de cristal puro. En este castillo hay varias estancias, al igual que en el Cielo. La oración es la puerta de ese castillo. Las tres primeras moradas siven de preparación. Es el periodo de la ascesis. La cuarta morada son los dos primeros grados de la oración: la oración de recogimiento y la oración de quietud. La quinta morada es la oración de unión, la unión de la voluntad y del entendimiento. En la sexta morada el alma celebra sus esponsales con Dios. La séptima morada es el matrimonio espiritual, donde el alma se une y se hace una con Dios.

Santa Teresa no propone un proceso iniciático. Estos diferentes lugares están relacionados entre sí. El renunciamiento, que caracteriza a la primera morada, supone cierto grado de contemplación y un principio de unión. La contemplación se caracteriza por la luz de Dios que, en la unión, purifica e ilumina. El paso por estas estancias no es gradual, en el sentido de que es habitual que haya retrocesos. Además, quien recorre estas moradas no está dispensado de rezar ni de hacer cosas que se hicieron antes, que en un proceso iniciático se consideran de grados inferiores.

En Camino de perfección explica que la humildad es fundamental, pero que creerse peor de lo que se es equivale a caer en una trampa del demonio, que nos lleva a tomar por orgullo los deseos de mejorar y nos convence de que no somos capaces de lograr lo que queremos. Todos estamos llamados a ser santos, con la ayuda de Dios.

Teresa insiste en perseverar en la oración300 con humildad frente a Dios sin exigir o buscar experiencias sobrenaturales: «[…] importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino; y, por ventura, el que le pareciere va por muy más bajo está más alto […]» (Camino de perfección 27,2).

O dicho de otra forma: «el verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor» (Camino de perfección 15, 2).

A las monjas les decía que Dios también ayudaba en las labores cotidianas. De ahí su famosa frase, en el libro de las Fundaciones, de que también «entre los pucheros anda el Señor».

En el libro de su vida, en una parte escrita hacia 1562, cuenta dos apariciones de demonios. Decía que de la Cruz huían, pero regresaban, y que para espantarlos definitivamente debía usarse agua bendita.

(1) Existen varios datos que hacen pensar que en esta población nació en 1515 Teresa de Jesús y no en Ávila capital, ya que en Ávila no existe su partida de nacimiento, y en el de Libro de nacimientos de Gotarrendura faltan 30 hojas que pertenecen a las fechas en las que nació Teresa de Jesús. Otro dato importante es que todos sus hermanos nacieron en dicha localidad, e incluso su madre falleció en el lugar.