Misa Dominical del Catecismo, en nuestra Parroquial de Salinas.
Domingo XXX del tiempo ordinario.
En la homilía D. Agustín les dice a los niños y, por supuesto, a los mayores, que entre unos y otros abarrotan el templo parroquial, que Jesús, en el evangelio de hoy nos enseña a rezar.
Hay dos personajes en la parábola, el fariseo y el publicano.
El fariseo, al igual que Blancaniéves en el cuento se mira al espejo, él tiene problemas de orgullo, soberbia y egoísmo al mirarse a si mismo y hace que se le ennegrezca el corazón.
El publicano por el contrario, tiene humildad y se siente pequeño y necesitado de perdón, tiene un corazón limpio y siente que necesita a Dios, el fariseo se basta a si mismo
. Recemos pues nosotros con humildad, conscientes de nuestra pequeñez y agradaremos a Dios, ya que el nos dijo que el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado y Jesús, a los largo de su vida, nos dió sobradas muestras de humildad.